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EL HUMANISMO SOLIDARIO Y LA TRADICIÓN FEMINISTA

Artículo de Aurora Gámez Enríquez & Inmaculada García Haro, en la revista HUMANISMO SOLIDARIO. "La ética de la esperanza", con el artículo EL HUMANISMO Y LA TRADICIÓN FEMINISTA. Revista Ánfora Nova.

EL HUMANISMO SOLIDARIO Y LA TRADICIÓN FEMINISTA  

Aurora Gámez Enríquez & Inmaculada García Haro                                                                                                                    

 El feminismo es un humanismo que no ha descuidado ni descuida los datos de antropología, que, es más, supone una antropología no androcéntrica y no antropocéntrica, que sabe de sí y de sus límites.
Amelia Valcárcel

 

La incorporación del discurso feminista en Asociación Internacional Humanismo Solidario (AIHS) es de especial relevancia, sus fines son coincidentes y se hace necesaria una reflexión desde la creatividad, la literatura, el discurso filosófico y el pensamiento crítico. No tendría sentido una sociedad modernizada sin unos valores actualizados y es, en ese sentido, en el que la nueva masculinidad puede contribuir junto al feminismo y a los estudios de género, a romper con las desigualdades, dado que el progreso en sí mismo, así como el crecimiento ilimitado y el desarrollo tecnológico sin estos valores contribuirían a aumentar y a consolidar más las diferencias. No es coincidencia que nosotras, como componentes del Grupo de Autoras por la Literatura y las Artes (Grupo ALAS), con un bagaje de más de treinta años de praxis feminista, formemos parte de AIHS.   El humanismo, en sentido amplio, significa la valoración de la condición humana. En este sentido, está relacionado con la generosidad, la compasión y la preocupación por la valoración de sus atributos y relaciones. Como afirma Siri Hustvedt, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2019: "necesitamos el feminismo porque la historia no ha terminado. Y porque es una forma muy profunda de humanismo. Es un modo de afrontar la liberación de las restricciones impuestas por el género" ., afirmación que permite avanzar en la construcción de una nueva realidad: el humanismo o es feminista o no es humanismo. Se parte de la premisa de que excluir a las mujeres en el lenguaje simbólico, es violencia hacia la mujer. Los feminismos suponen una toma de conciencia de las mujeres como grupo y la identificación como género históricamente oprimido por una cultura androcéntrica y patriarcal. Estos movimientos persiguen la libertad individual y colectiva de la mujer y luchan por la transformación de la sociedad así como la participación de las mujeres en todos los ámbitos: económico, político y social. Revisan la invisibilidad histórica de las mujeres en todas las áreas del saber y del poder y mueven a la acción para la creación de un lenguaje inclusivo no sexista y no violento, la eliminación de la violencia de género y el respeto de los derechos de la humanidad. Existen distintas praxis feministas teniendo todas en común la conciencia de género, la sororidad y la lucha por el empoderamiento de la mujer en todas sus facetas.   Podemos afirmar que el feminismo y el humanismo solidario tienen caminos convergentes dado que todos los avances o retrocesos que la humanidad ha tenido respecto a los derechos humanos ha tenido su reflejo en el ámbito de la igualdad de género y viceversa. Por Humanismo se conoce también al movimiento filosófico, intelectual y cultural que comenzó en Italia en el siglo XIV con el Renacimiento y se extendió a través de Europa, rompiendo con el teocentrismo propio de la mentalidad católica medieval. La filosofía humanista ofrecía nuevas formas de pensar y reflexionar acerca de las artes, las ciencias y la política, lo cual revolucionó el ámbito cultural y supuso un periodo de transición entre la Edad Media y la Modernidad. Sin embargo,  a pesar de todo, no varió las viejas ideas sobre la inferioridad del sexo femenino aunque sí hubo mayor participación de las mujeres en estos ámbitos, no sin dificultades.   Con anterioridad y como primer antecedente debemos mencionar a Christine de Pizan (Venecia, 1364 - Monasterio de Poissy, hacia 1430) que ha pasado a la historia por ser la primera escritora que logró ganarse la vida con sus libros. Fue una auténtica pionera en la defensa de las mujeres. Fue poeta, historiadora y tratadista. Simone de Beauvoir asegura, en su ensayo El segundo sexo, que "fue la primera vez que vemos a una mujer tomar la pluma en defensa de su sexo" .  Hacia 1365, cuando la hija tiene apenas un año, su padre, el astrólogo Tomás de Pizan fue reclamado por Carlos V de Francia. Christine tuvo una infancia y juventud excepcionales hasta el fallecimiento del rey, de su padre y de su marido consecutivamente. A partir de ahí se dedicó al estudio y a la escritura para salir adelante ella y su familia con magníficas ediciones de sus libros que estaban muy valorados y cotizados en la corte. Pero lo que más asombro y desprecio despertó en su actividad literaria fue su intensa obra como polemista que, con el tiempo, se llamaría la querelle des dames. La querella de las damas fue un intenso debate que implicó a diferentes pensadores de los siglos posteriores. Es totalmente lógico que esta autora, después de haber vivido la desoladora experiencia de la indefensión de la viudez, se planteara el papel de la mujer en la sociedad que le tocó vivir, plenamente misógina, y esto se reflejara en su obra . Pero, sin duda, el libro más famoso que salió a la luz en 1405 fue Le libre de la Cité des Dames (El libro de la Ciudad de las Damas), un tratado alegórico en el que la autora reivindica el valor de las mujeres. La obra conoció un gran éxito y provocó también grandes rechazos, inspirando a muchas mujeres que participaron en esta "querella de las damas", desde la reina Margarita de Navarra hasta María de Zayas en el siglo XVII, convirtiéndose en el auténtico prolegómeno de las doctrinas feministas posteriores.   A finales del siglo XVIII se iniciaría la Edad Contemporánea a partir de la revolución Francesa y la independencia de estados Unidos, pero no cabe duda que, durante este siglo y en el seno de la Ilustración se fraguó ese cambio que daría lugar a un nuevo paradigma que llevaba aparejado el germen de los movimientos feministas que se desarrollaron en los siglos posteriores. Sin lugar a dudas, como afirma Montserrat Suañez, "El Siglo de las Luces fue una época crucial, porque en él arrancó la polémica feminista, el debate en torno a la igualdad entre ambos sexos" . Es un momento de cambio en la mentalidad femenina y de grandes avances en la conquista de derechos para las mujeres, que asumen un nuevo papel en la sociedad. La visión de escritoras de la época, como Madame de Lafayette, Lady Mary Wortley Montagu, Olympe de Gouges, Mary Wollstonecraft o Mary Chudleigh, quien equipara el matrimonio a la esclavitud de la mujer, fue una aportación esencial, tanto para el desarrollo del pensamiento ilustrado, como para el inicio de las reivindicaciones feministas. Entre los textos clásicos debemos destacar el que es considerado el documento fundamental de la Revolución para la equiparación de los derechos de las mujeres: la Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana (1791) de Olimpia de Gouges, como respuesta a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), y la Vindicación de los derechos de la mujer de Mary Wollstonecaft (1792), texto que se considera la obra fundacional del feminismo. El objetivo del primer feminismo es la igualdad y se plantea dentro de la filosofía política moderna como pensamiento típicamente ilustrado a diferencia de los planteamientos de defensa de los derechos de las mujeres que con anterioridad se habían producido. Pero, como afirma Amelia Valcárcel, "de lo dicho no cabe deducir que la Ilustración es de suyo feminista. Es más, pienso que el feminismo es el hijo no querido de la Ilustración" . El democratismo rosseauniano, cuyo mayor logro consistió en asentar las bases de la democratización de la educación -para los varones, se entiende-, es excluyente dado que cimenta la igualdad entre los varones en su preponderancia sobre las mujeres. "El estado ideal es una república en la cual cada varón es jefe de familia y ciudadano. Todas las mujeres, con independencia de su situación social o sus dotes particulares, son privadas de una esfera propia de ciudadanía y libertad" .  De esta manera esta figura intelectual de gran talla decantaba así la polémica feminista del siglo XVIII dado que, en base a su "naturalismo", el varón es, por relación a la mujer, marido y tiene sobre ella preeminencia por naturaleza. En el Contrato Social, del mismo autor, la mujer no es parte y la familia es la base fundamental de una sociedad en la que prevalecen sus atribuciones naturales, es jerárquica y esa jerarquía tiene sus efectos. La mujer queda excluida de nuevo de la esfera pública y relegada al ámbito privado, esta vez no por las desfasadas argumentaciones religiosas que quedan superadas sino por el respaldo, ni más ni menos, que del corpus filosófico moderno cuyos herederos más directos, los filósofos del siglo XIX (Nietzsche, Schopenhauer, etc), se encargaron de potenciar de forma atroz, con una misoginia que superaba todo lo que en épocas anteriores se habría podido afirmar sobre las mujeres. Toda esta atmósfera se verá reflejada, como veremos más adelante, en la implantación del Código Napoleónico, base del sistema sociopolítico que sustentó la moral cristiano burguesa. Si bien la primera oleada feminista fraguada al albor de la ilustración reivindicó del derecho a la igualdad, en el siglo XIX la segunda oleada tomó como bandera un doble objetivo: el derecho de las mujeres a la educación y al voto. Sin embargo, contrariamente a lo que por evolución natural podría haber sucedido, las condiciones de su lucha no pudieron ser menos favorables. "Pero, a pesar de que a lo largo de todo el siglo XIX, un gran número de mujeres desarrollaron un ímprobo trabajo para la introducción de las nuevas ideas en torno a la mujer (Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán, Ángeles López de Ayala, Rosario Acuña, Belén Sárraga, etc.), muchas de ellas desde las filas de la masonería", en España, la importancia y el desarrollo de estas ideas entran en contraste en su cronología evolutiva con los países de la esfera anglosajona y centroeuropea. No obstante esta labor dio grandes frutos, sobre todo en la II República, avances que se vieron truncados con el estallido de la guerra civil española que dio al traste con los grandes logros conseguidos, abriendo un oscuro paréntesis en el que las políticas de punición y represión de las mujeres cobraron un inaudito auge con la dictadura del General Francisco Franco  (1939-1975). A partir de la caída del Régimen Franquista da comienzo con fuerza la recuperación del movimiento feminista en el marco de la Tercera Ola feminista: Tercera Ola feminista, iniciada en los años sesenta del siglo XX, tuvo como punto de partida dos obras de autoras occidentales, El segundo sexo de la francesa Simone de Beauvoir y La mística de la femineidad, de la estadounidense Betty Friedan.  Introdujo nuevas vías de lucha, por ejemplo contra los estereotipos femeninos en la comunicación, el arte y la publicidad, y se pide ya de forma explícita la abolición del patriarcado: hay que ir más allá de reivindicaciones concretas al derecho al voto o la educación para intentar desmontar toda una estructura social desigual. Cuestiones como la sexualidad o la violencia demuestran hasta qué punto el lema "lo personal es político" permite explicar los primeros años de esta Tercera Ola.   En la actualidad existen distintas praxis feminista y teorías. Los Feminismos de la Igualdad son políticas públicas de la Unión Europea y España que permiten el desarrollo del principio de igualdad de oportunidades y de no discriminación. Se ocupan del empoderamiento de las mujeres, estudia la exclusión e invisibilidad histórica de las mujeres, la no discriminación por razones de sexo en el ejercicio de los poderes constituyente y constituido, de cómo empoderar a las mujeres, de quiénes se solidarizan con las mujeres en la praxis democrática, de qué función tienen las organizaciones de mujeres en el acceso al poder, de qué papel corresponde desempeñar al feminismo institucional, de la posibilidad de avanzar en la igualdad alterando la estructura de los partidos políticos y las leyes y de la necesidad de crear nuevas formas de intervención en la vida social pública y privada. El feminismo exige un cambio en las instituciones y en las estructuras sociales, jurídicas, políticas y económicas para que las mujeres sean reconocidas como sujetos de igual valor y autoridad para el ejercicio del poder, la comunicación y la cooperación.   En el preámbulo al Manifiesto de Humanismo Solidario podemos leer: "La vocación del Humanismo Solidario es integradora. Nos interesa solo el escritor o la escritora que erige una mirada universalista, porque este espíritu conciliador y armónico es el eje medular que impulsa nuestra acción transformadora.",  y sigue definiendo los objetivos y claros conceptos que conforma este movimiento, "Humanismo solidario hunde sus raíces en la igualdad, la solidaridad y la fraternidad entre los pueblos; en el contexto de un marco social y democrático que garantice los derechos y obligaciones de la persona, y de la sociedad con estas, recabando un horizonte en que la nacionalidad o cualquier identidad ingénita no aporta ni merma atributos, sino que es un mero accidente del ser."   La sociedad que deseamos necesita que la mujer esté con potestad, es decir, con autoridad en la escritura, opinión y palabra. La normativa de Europa en 1990 consideró básico que los Estados Miembros incorporen iniciativas para promover un lenguaje no sexista que tenga en cuenta la presencia y situación de las mujeres en la sociedad, promover en textos jurídicos, educativos y de la administración pública, el uso de terminología armónica con el principio de igualdad entre los sexos y fomentar la utilización de un lenguaje libre de sexismo en los medios de comunicación. Las referencias normativas en España se encuentran en la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, cuyo art. 14 estipula que, entre otros, serán criterios generales de actuación de los poderes públicos, "la implantación de un lenguaje de uso no sexista en el ámbito administrativo y su fomento en la totalidad de las relaciones sociales, culturales y artísticas".   En Andalucía se contempla la eliminación del lenguaje sexista; las referencias normativas para esta Comunidad Autónoma se encuentran en la Ley 12/2007, para la promoción de la igualdad de género en Andalucía. El objetivo ya lo marcan con gran sensatez y profesionalidad las filólogas Carmen Alario, Mercedes Bengoechea y Eulalia Lledó y la historiadora Ana Vargas: "Un uso del lenguaje que representa a las mujeres y a los hombres y nombra sus experiencias es un lenguaje sensato: no oculta, no subordina, no infravalora, no excluye ni quita la palabra a nadie." Es la génesis de una ruta que dará sus frutos en generaciones futuras.


Amelia Valcárcel. Vindicación del humanismo XV Conferencias Aranguren (ISEGORÍA. Revista de Filosofía Moral y Política N.º 36, enero-junio, 2007, 60-61 ISSN: 1130-2097). https://blogs.uned.es/sindistancia/el-feminismo-como-forma-de-humanismo/ (consulta 19/03/2022) Sororidad: solidaridad entre mujeres. Marcela Lagarde (1996). "Identidad Genérica y Feminismo". IAM. Sevilla, 1998. "Género y Feminismo", Cuadernos inacabados 25 Desarrollo humano y democracia.  Madrid, 1996. Horas y Horas, Editorial. Gámez, A. Praxis feminista en Málaga y provincia -ensayo-. Editorial Vértice. Málaga, 2011. Segunda edición Jákara Editores, 2021 - Beauvoir, S. Le Deuxième Sexe. Edit. Gallimard. París, 1949. García Haro, I. Heroínas ocultas . Mujeres escritoras y artistas excluídas por la historiografía. Jákara Editores, 2021. Entrevista a Montserrat Suañez http://www.mareditor.com/narrativa/MujeresenlaHistoria3.html - Gouges, O., Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana (redactada en 1789 por Olympe de Gouges para ser decretada por la Asamblea nacional francesa). Wollstonecaft, M. A Vindication of the Rights of Woman: with Strictures on Political and Moral Subjects. 1792 Valcárcel, a. y otros. Los desafíos del feminismo ante el siglo XXI. IAM, 2000. Valcárcel, a. y otros Los desafíos del feminismo ante el siglo XXI. IAM, 2000. García Haro, I. Heroínas ocultas. Mujeres escritoras y artistas excluídas por la historiografía. Jákara Editores, 2021. Iglesias Aparicio, Pilar. Políticas de represión y punición de las mujeres. Las Lavanderías de la Madalena de Irlanda y el Patronato de Protección de la Mujer de España. Círculo Rojo editorial, 2021. https://perifericas.es/blogs/blog/que-es-la-tercera-ola-del-feminismo   https://www.humanismosolidario.es/manifiesto/ Carmen Alario; Mercedes Bengoechea; Eulalia Lledó y Ana Vargas. NOMBRA (Comisión Asesora sobre Lenguaje del Instituto de la Mujer).  En femenino y en masculino. IAM, Junta de Andalucía. Instituto de la Mujer, (1995)

 

 


EL HUMANISMO SOLIDARIO Y LA TRADICIÓN FEMINISTA  


Aurora Gámez Enríquez & Inmaculada García Haro  Presidenta y Vicepresidenta del Grupo ALAS   

Revista Ánfora Nova, Rute 2022

 

 





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